Los Horadrim deben viajar a las Islas Skovos para descubrir el destino de una expedición perdida hace mucho tiempo en esta novela precuela oficial de Diablo: Lord of Hatred.
En un mundo asolado por la Cosecha de Malthael, la orden Horádrica, la única esperanza de la humanidad, lucha por afianzarse. En las tierras sombrías de Santuario, el mal surge por doquier, y aunque los Horadrim están acostumbrados a enfrentarse a las criaturas más oscuras de los Infiernos Abrasadores, están mucho menos preparados para la depravación que surge entre sus propios congéneres. Mientras Lorath, Donan y Tyrael buscan justicia y un camino a seguir, el número de Horadrim ha disminuido, dejando a la humanidad vulnerable.
Con la esperanza de fortalecer la orden, Tyrael y los dos magos zarpan hacia Skovos, donde Sho-Ren y otros cuatro Horadrim fueron enviados años atrás para establecer relaciones diplomáticas con los Askari… y de quienes nunca más se supo. Aunque el riesgo es grande, la posibilidad de recuperar a sus compañeros, así como la cámara Horádrica oculta en lo profundo de las islas, es una oportunidad demasiado valiosa como para dejarla pasar.
A primera vista, Skovos parece haber escapado de la devastación que sufrieron tantos otros tras la Cosecha. Pero a medida que los Horadrim intentan aliarse con los Askari y sus gobernantes, queda claro que algo no anda bien en sus costas. Para ganarse la confianza de las guerreras amazonas, Lorath busca la ayuda de su capitana, Adreona. Sin embargo, la líder Askari no confía en el misterioso forastero, sobre todo porque sus soldados están bajo la constante amenaza de los Ahogados y no pueden permitirse distracciones.
Para salvar a sus respectivos pueblos, Lorath y Adreona deberán aprender a luchar juntos no solo contra los peligros que se ciernen sobre ellos, sino también contra aquellos que acechan bajo la superficie.