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Revisión del 16:38 21 ago 2011
Grupo de cinco Arcángeles, se supone que los ángeles más poderosos y sabios, que gobiernan el cielo y el dominio sobre él. En la novela Guerra del Pecado: El Profeta Velado se muestra que cuando el Consejo toma las decisiones importantes, estas se deciden mediante una mayoría de votos, con cinco miembros, no puede haber empate. El Consejo se pronuncia en la legendaria Ciudad de Plata.
Los miembros actuales
Un Arcángel mujer que se viste de suaves batas azules, que parece encarnar las emociones del amor y la empatía, es comprensiva hacia el Santuario y sus habitantes.
Un Arcángel hombre que está vestido con túnicas rojas con una coraza brillante en la parte superior. En su coraza hay una imagen de una espada ardiente hacia arriba. Su naturaleza es agresiva, lo contrario de Auriel. Él cree que el Santuario debe ser destruido.
Un Arcángel misterioso que viste túnica gris. Este Arcángel es, naturalmente neutral, que no es ni masculino ni femenino en su aspecto. Este ángel esta a favor de mantener Santuario.
Un Arcángel hombre, cuya túnica y la coraza son de color negro, su rostro demacrado. Parece representar la muerte. Votó a favor de la destrucción de Santuario.
Un Arcángel hombre. El ángel más influyentes en los juegos de Diablo hasta el momento y está a favor en la votación del Consejo Angiris sobre la supervivencia del Santuario. Le gusta estar directamente involucrado en los asuntos del Santuario, incluso contra los deseos del Consejo.
Los miembros exiliados
Un Arcángel hombre. Cansado de luchar en las guerras eternas del Gran Conflicto, abandonó el Consejo y los altos cielos para crear el Santuario. Padre de Rathma y ex amante de Lilith.
La Guerra del Pecado
Fueron estos cinco Arcángeles quienes decidieron la suerte de Santuario después de que el mundo oculto fuese descubierto. Su plan original era destruirlo, en su mayoría con el apoyo del agresivo Imperius, sin embargo se vieron obligados a someter a votación debido a las circunstancias acontecidas. El principal punto en contra de su existencia fue también la razón por la que se conserva el mundo intacto - el ser humano tiene la sangre de los ángeles y de los demonios en ellos y por lo tanto tenían el potencial de ser más fuertes que los dos, que sirven como poderosos aliados en la Guerra del Pecado eterno. El resultado fue a favor de dejar que Santuario permaneciera intacto. Imperius y Malthael alegaban la destrucción del Santuario y a los seres humanos por verlos como una abominación que contiene sangre de demonio mientras Auriel y Itherael vio su potencial como un poderoso aliado. Fue Tyrael quien decidió la votación final.
El Consejo hizo un pacto con el mayor de los demonios mayores, Mefisto, que dejaría el Santuario intacto a cambio de Inarius el traidor, el que creó Santuario, un acto prohibido por el Consejo. Santuario quedó entonces en manos de los humanos, con sus recuerdos borrados, lo que les permite crecer desde el principio y elegir su propio fin. Cada individuo es libre de decidir ya sea para vivir en la luz o en la oscuridad.