Es el lugar donde los demonios residen. Los Infiernos Abrasadores son gobernados por los Tres Grandes Males (Diablo, Baal y Mefisto). Los demonios de los Infiernos Abrasadores están concentrados en una batalla continua con los Ángeles de los Altos Cielos. En un su intento de tomar ventaja frente a éstos, los Señores del Infierno han decidido involucrar en el conflicto a los reinos mortales.
Además de los Tres Grandes Males, las vastas hordas demoníacas son también gobernadas por un grupo de entidades conocidas como los Males Menores: Andariel, Duriel, Azmodan y Belial. Sin embargo, en un momento determinado, los Males Menores entablaron una batalla con los Tres Grandes Males, enviándolos al Exilio Oscuro. Fueron exiliados al reino mortal, donde fueron encerrados en las Piedras del Alma por los Horadrim. Después de centenares de años Mefisto fue el primero en romper sus ataduras. Desde aquel momento se cree que los Males Menores se aliaron de nuevo con sus maestros.
Cuando los demonios mueren en el reino mortal, sus espíritus son enviados de vuelta a los Infiernos Abrasadores. Se cree que los demonios menores se reencarnan con poco esfuerzo, sin embargo, los más poderosos necesitan un cuerpo huésped para contenerlos y que así puedan materializarse.
Cuando los demonios son destruidos en los Infiernos, sus espíritus son enviados a el Black Abyss. No se sabe exactamente si es una dimensión aparte de los Infiernos Abrasadores o más bien es una ubicación dentro de éste. A pesar de esto se sabe que es el lugar donde por el que aparecen todos los demonios.
Diablo II
En el juego, el personaje viaja a los Infiernos Abrasadores para derrotar a Diablo. Los Infiernos resultan ser similares a como son descritos en la mitología griega, con caminos de piedra oscura rodeados por la lava, y habitado por horribles monstruos y almas olvidadas. También hay una gran variedad de estructuras derruidas.